Tabarca, el plan perfecto para una escapada romántica
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En Tabarkeras llevamos tantos años cruzando el mar hacia la isla de Tabarca que podríamos hacerlo con los ojos cerrados. No es solo llevar gente de Santa Pola a la isla, es más como compartir con ellos todo lo que hay detrás, todo lo que no se ve a simple vista, que no está en los mapas. Porque viajar a Tabarca tiene algo que engancha. Es como meterse en una historia que ya empezó hace siglos y en la que tú, sin darte cuenta, también acabas siendo parte.
Tabarca tiene ese atractivo que atrapa a escritores, a directores, a creadores. Es pequeña, sí, pero sus historias son enormes. Y hoy queremos hablarte de eso, de cómo la isla se ha colado en libros, en películas, en recuerdos que no se borran. Si aún dudas sobre si merece la pena ir a Tabarca, quédate, que probablemente cambies de idea.
Un escenario perfecto para la inspiración
Historia, luz y leyenda
La isla de Tabarca es única en muchas cosas, y no lo decimos solo nosotros. Es la única habitada de la Comunidad Valenciana, tiene unas aguas que parecen inventadas, una historia larga como un día sin pan y un ambiente que no se parece a ningún otro.
Todo eso, sumado a que está ahí, sola pero cerca, hace que parezca sacada de una novela. O de una película. No es raro que la hayan usado como escenario. Lo sorprendente sería que no lo hubieran hecho. Hay algo en Tabarca que te envuelve, que te hace pensar que cualquier historia podría empezar ahí. Y de hecho, muchas empezaron.
Tabarca en la literatura
Poetas, novelas y relatos inspirados en la isla
Hubo un poeta, Salvador Rueda, que ya en 1908 dijo algo así como que la isla era poesía pura. Y desde entonces hasta hoy, unos cuantos más han sentido lo mismo.
Uno de ellos, Miguel Signes Molines, escribió «Tabarca», una novela que es como un espejo donde la isla se mira. No solo habla de Tabarca, la siente, la transforma, le da voz. Después se llevó al cine, pero eso viene luego.
También están Memorial de Tabarca, que escribió Ponç Pons, muy en su estilo, casi como si fuera un susurro. O el libro de María Jesús Toro, que tiene título largo y sabor local. Y ese otro, más serio sin duda, que analiza cómo se ha metido Tabarca en la literatura española. Lo escribió alguien de los que hacen de leer un trabajo, pero se nota que le apasiona.
Tabarca en el cine
Películas y documentales rodados en la isla
Todo empezó en los 90 con esa película que se llamó como la isla: Tabarka. La dirigió Domingo Rodes y se rodó allí, en la isla, con gente de la zona y sin grandes efectos ni fuegos artificiales. Eso fue especial.
Desde entonces han pasado más cámaras por allí. Está ese corto, Fishbone, que mezcla el mar con elementos que no se ven. O el documental Tabarquinos, el mar que une, que cuenta la historia real, esa que va de Túnez a Tabarca. También Posidonia, que habla de lo que hay bajo el agua, de lo que flota pero no se nota.
Ciclos y proyecciones culturales
Hace no mucho, convirtieron parte de la muralla en una sala de cine. Un ciclo que se llamó «Una isla de película», y fue eso: películas en Tabarca, vistas desde Tabarca. Hubo coloquios, rutas, luces sobre piedra vieja. Y ahí es donde la isla mostró su lado más artístico.
¿Merece la pena ir a Tabarca por su cultura?
Mucha gente cree que Tabarca es solo para bañarse y ya. Playa, sol, caldero y volver. Pero hay más. Hay muchísimo más. Si decides viajar a Tabarca con otra idea, si le das la oportunidad de enseñarte su otro lado, probablemente te sorprenda.
Nosotros recomendamos pasar el día completo, incluso dormir allí si puedes. Sobre todo si hay algo especial: un concierto, una lectura, un cine al aire libre, lo que sea. Porque esos momentos, los de verdad, pasan cuando la isla está tranquila y tú también lo estás.
La mayoría de personas encuentra allí su sitio. Algunos en el faro, otros sentados mirando el agua desde el muelle. Y todos, sin duda, se van con algo nuevo. Un recuerdo, una imagen. Algo que hace que digas: sí, ir a Tabarca ha valido la pena.
Conclusión
Tabarca no se ve solo con los ojos. Se escucha, se lee, se siente. En Tabarkeras llevamos años mirando la isla desde todos los ángulos y sabemos que tiene mil caras. Algunas más turísticas, otras más íntimas.
Hoy solo queríamos enseñarte una de esas caras. La que aparece en libros, la que se proyecta en pantallas.
Y si nos preguntas si merece la pena ir a Tabarca, te diremos que sí, claro.
Y si es con nosotros, pues mucho mejor.